El adulto mayor y la adicción

Es ambivalente la imagen que acude a la mente cuando se piensa en la tercera edad. Por un lado, acuden muchos recuerdos de esas personas significativas que nos acompañaron en la infancia, con su sonrisa cálida y reconfortante, su sabiduría propia de la que al final logro el mítico Siddartha y sus recuerdos que nos llevan a parajes lejanos y bellos mediante sus palabras. En contraste también acuden las memorias no tan gratas de múltiples cajas de medicamentos, de las dolencias y los achaques así como de varias visitas al médico y hospitales.

Pero en esta figura establecida en el imaginario colectivo de lo que es la vejez, hay un fenómeno que definitivamente no se asocia fácilmente a ella. Me refiero al fenómeno de la adicción. Y esto no es gratuito. Pues la gran carga de estigma que esta enfermedad aún tiene en sí misma se ve multiplicada en ciertos grupos como las mujeres y las personas de la tercera edad. Son grupos a los que socialmente no se les asocia con el uso de sustancias psicoactivas.

Además en este grupo de edad, que empieza alrededor de los 60 años (hay países donde inicia a los 55 años y otros donde empieza tan tarde como a los 65 años), existen situaciones que hacen mas difícil poder detectar el problema.

Tercera edad
Hay una imagen idealizada de la tercera edad

Dificultades para detectar el problema

En el anciano hay diversos factores que pueden retrasar o de plano impedir una detección del problema de la adicción (1):

  • Aislamiento o Abandono: No hay nadie cerca para alertar sobre un consumo de riesgo. Mientras que típicamente en una persona mas joven, es la familia o los amigos quienes pueden observar los estragos que el consumo de sustancias (alcohol y otras drogas) esta generando, no es infrecuente que no haya nadie que este al tanto en el adulto mayor.

No son raras las situaciones como esta: Un padre o madre cuyos hijos han crecido y se han ido del hogar (nido vacío),  sin un cónyuge u otro familiar, por lo que vive solo(a), y quien por viudez, retiro u otro evento de vida, inicia o se intensifica el consumo de alguna sustancia. Aunque estén al pendiente los familiares, es común que quien ha desarrollado la adicción, tienda a ocultar su consumo y las consecuencias, como caídas, olvidos y otros accidentes. Es hasta que esta muy avanzado el proceso que un evento mayor alerta a todos.

La adicción es menos evidente en la tercera edad

  • Retiro o Jubilación: Además de ser un evento vital probablemente desencadenante, también puede funcionar como factor perpetuador. En la experiencia profesional adictólogica, es sabido que uno de los factores que hacen que, si no el paciente adicto, si su familia busque ayuda, son las consecuencias laborales. Ausentismo, perdida de empleo, errores laborales e inclusive actos deshonestos en el trabajo generan señales de alarma que descubren un problema de alcohol o drogas en la persona. Sin embargo, en una persona retirada o jubilada la ausencia de estas consecuencias perpetua el problema.
  • Dificultades para la detección por profesionales de la salud: Si en esta etapa hay riesgo de que no haya familiares o compañeros de trabajo que convivan con el anciano, es también altamente probable si se tenga un contacto mas o menos frecuente con el medico de familia. Infortunadamente en las consultas medicas geriátricas se puede tender a no buscar propositivamente el consumo en buena medida por la imagen social ya comentada. Y los problemas de consumo se confunden en ocasiones con otras afecciones relacionadas al envejecimiento.  

Por eso una recomendación para los profesionales de la salud es siempre en todo contacto medico (2):

  • Indagar el consumo de alcohol, drogas médicas y/o drogas ilícitas en las personas adultas mayores.
  • Estar alertas a la presencia de indicadores potenciales de un trastorno por consumo de sustancias
  • Valorar la realización de Instrumentos de Tamizaje para detectar trastornos por consumo de sustancias.
La tercera edad puede estar marcada por el consumo oculto de sustancias

Tipos de consumo

El consumo de alcohol y drogas médicas o ilícitas en las personas adultas mayores (2):

  • Puede ser un continuo que inició tempranamente, desde antes de que empezara la tercera edad. Aquí es mas común que el problema este avanzado.
  • Una recaída después de un período de abstinencia. En estos casos un adulto mayor que en una etapa anterior de su vida inicio y sostuvo su recuperación, pero que por diversas circunstancias vitales reinicia el uso de alcohol u otras drogas.
  • Un inicio de su uso en una edad tardía. Caso no tan infrecuente, donde la enfermedad aparece en tercera edad, a partir de circunstancias de vida.

¿Qué tan frecuente es el problema?

Esta es una pregunta difícil de responder, ya que es común que los instrumentos estadísticos destinados a medir el consumo de sustancias tienden a dejar a este grupo de edad fuera de sus rangos. Por ejemplo en México la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco, (ENCODAT 2016-2017) solo se enfoca en la población de 12 a 65 años de edad. Sin embargo se han hecho algunos esfuerzos localizados por medir el problema:

  • Un estudio realizado por Borges, G., et al. (4) en la ciudad de México en 2012 mostró que el consumo de alcohol alguna vez en la vida y en el ultimo año es menor en este grupo de edad que el nacional observado en en el grupo de 12 a 65 años (mostrando por la Encuesta Nacional de Adicciones 2011). Igual fenómeno se observo en el consumo excesivo en el ultimo año y ultimo mes.
  • El mismo estudio demostró que el consumo de cualquier droga y cualquier droga ilegal es menor en la tercera edad. No así el consumo de cualquier droga medica donde el porcentaje en mayores de 65 años dobla al de 12 a 65 años (0.6% vs 1.1%)
Un anciano puede estar sufriendo por su consumo en silencio

Señales de alarma

Como se comentó, ante la ausencia de consecuencias familiares o laborales, son los síntomas físicos los que pueden servir como advertencia de que hay un problema. Ante problemas de salud, cognoscitivos o sociales, es importante asegurarse que no hay un tema de consumo (2, 5).

  • Caídas, abandono de la higiene, lagunas mentales o convulsiones sin causa aparente deben de ser evaluadas por el medico geriatra de inmediato
  • Aumento en el uso de medicamentos, perdida o robo de los mismos frecuentes, visitar a mas de un medico de familia y tomar los medicamentos de otros miembros de la familia son señales que requieren una valoración por el especialista en adicciones para confirmar o descartar el problema
  • Encontrar alcohol u otras sustancias en lugares inusuales ( “proteger la sustancia”), perdida de botellas o compra de estas, perdidas de dinero o de bienes (empeños, ventas) pueden ser banderas rojas que nos alerten de un posible consumo.

¿Que hacer?

Ante la sospecha de un problema de consumo es siempre importante no dejarlo pasar y buscar ayuda profesional con el objetivo de que no continúe la progresión de la enfermedad.

El medico geriatra de cabecera siempre deberá llevar el control medico del paciente mayor. La búsqueda de un especialista en adicciones o de una institución especializada en el tema es el siguiente paso, donde se pueda realizar una valoración adictólogica integral que descarte o confirme el problema, a la vez que estadifique el grado de avance de la enfermedad y en base a esto recomiende la mejor forma de actuar.  Puede recomendar manejo ambulatorio, referir a psiquiatría u otras especialidades e inclusive sugerir un internamiento.

La visita al medico geriatría es indispensable asi como la valoración adictologica.

En conclusión, si bien el fenómeno adictivo no es esperado en el adulto mayor eso no significa que no pueda estar ocurriendo. Conocer las diferentes posibles manifestaciones asi como los retos en su detección y diagnostico nos permitirán intervenir a tiempo cuando un familiar o amigo este viviendo con la enfermedad de la adicción y ofrecerle la ayuda.


Bibliográfia:

  1. Levounis, P., Zerbo, E., & Aggarwal, R. (2017). Guía para la evaluación y el tratamiento de las adicciones. Barcelona: Elsevier
  2. Becerra – Pino, M., & Arteaga – Jiménez, J. (2017). Trastorno por consumo de sustancias en la vejez. Enfoque psicosocial. Rev. Arg. De Gerontología Y Geriatría31(1), 3-13.
  3. Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco 2016-2017: Reporte Alcohol 
  4. Borges, G., et al. (2014). Prevalencia y factores asociados al consumo de tabaco, alcohol y drogas en una muestra poblacional de adultos mayores del Distrito Federal. Salud Mental37(1), 15. 
  5. Kuerbis, A., Sacco, P., Blazer, D., & Moore, A. (2014). Substance Abuse Among Older Adults. Clinics In Geriatric Medicine, 30(3), 629-654. 

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